CABALLEROS

CABALLEROS

Deslumbrante era su armadura
que roja centelleaba a cada movimiento,
roja también su alígera montura,
y el penacho de plumas que coronoba el cuello.
De rojo brocado la gualdrapa:
más rojo que la llama el escudo;
roja y airora igualmente la capa;
y la lanza, en su puño membrudo,
roja era, sí, la punta, el pomo, el asta.

Antaño, cuando los caballeros eran intrépidos, deebe haber sido algo digno de ver a uno de esos caballeros cubierto con acero, montando valiente caballo de guerra, fuerte para soportar su carga y lleno de fuego para el ataque contra el enemigo, caminando entre la espesura del bosque, brillante su armadura, con su escudo y su lanza, y su penacho flotando en el aire. Cerca de él cabalgaba su escudero, un joven ayudante y compañero, que algún día también había de convertirse en caballero.

Detrás de ellos marchaba su grupo, o patruya de hombres de armas, robustos, guerreros de corazón, listos para seguir a su caballero a las puertas de la muerte si era necesario. Eran los hombres recios de antaño, que ganaron tantas buenas batallas para su patria, por su decisión y leal devoción a sus caballeros.

En tiempo de paz, cuando no había Batallas, los caballeros cabalgaban diariamente en busca de oportunidades para ejecutar una buena acción con alguien que necesitara ayuda, especialmente con las mujeres y con los niños que se encontraran en apuros. Cuando se dedicaban a ejecutar estas buenas acciones se les llamaba "cabbaleros andantes". Los hombres de su patruya, naturalmente, obraban de acuerdo con su jefe y, por tanto, uno de aquellos hombres de armas estaba igualmente listo siempre, para ayudar a los que se encontraban en apuros, defendiéndolos con su fuerte brazo.

Los caballeros consideraban su honor como el más sagrado de sus tesoros. Jamás hacían nada que fuera deshonroso, como mentir o robar. Preferían antes morir. Siempre estaban listos para defender a su rey, su religión, su honor.

Quien de nosotros no se a topado con uno de ellos que parece haber atravesado las lineas del tiempo y el espacio, que nos hacen darnos cuenta de que hay que honrar la vida por la plena consiencia de nuestra mortalidad ustedes que opinan...DMV